miércoles, 31 de diciembre de 2008

Tratándose del destino del país no me cierro a nada, Si es necesario recurrir a centrales de pasada, y hasta nucleares, pues habrá que hacerlo.

Estimados, coterráneos, atención con estas láminas, habrá que mirarlas con beneficio de inventario.

Esas centrales que allí se muestran, parecen un paisaje idílico, al lado de lo que nos ocurre a nosotros, y a nuestro milenario Río Copiapó, Hoy ya seco y estrujado por el cuervo insaciable del lucro.

A estas alturas nosotros en Copiapó, y en el norte de Chile, lloramos por agua simplemente.

Nuestro problema es angustiante, ya no tenemos agua, y más encima se proyecta tirarnos grandes cantidades de veneno con numerosas centrales termoeléctricas, mucho más contaminación, de la que hemos recibido en el pasado.

Todo ello ocurre sin que los enemigos de las centrales hidroeléctricas del sur, hayan ayudado a impedir el agresivo daño ecológico en esta patria del norte.

Hay que tener cuidado en pescar mucho a estos ecologistas (los de los afiches), quienes al parecer no quieren nada, y como que quieren que nos quedemos como estamos, y que no se afecte ni siquiera una mosca, cuando acá en este norte se está afectando la calidad de vida y muy pronto la subsistencia de la gente, si no ponemos atajo al desprecio e indiferencia por la naturaleza que demostramos hasta la fecha.

La energía hidroeléctrica sin duda que interviene el medio ambiente, pero como dice don Genaro Arraigada “desde una perspectiva ecológica, no hay razones para impedir la construcción de las grandes centrales de Aisén”

Creo que cuidar todo en aras de que quede inmaculado el paisaje, aún a costa de nuestro desarrollo y solo para el disfrute de unos pocos, entre ellos muchos extranjeros que en el pasado cercano no han sido capaces de defender su ambiente en sus propias tierras, es un despropósito.

Algunos ecologistas exacerbados piensan en las léngas del río Baker y que las hidroeléctricas las van a afectar, cuando acá en nuestra región se esta poniendo en juego el desarrollo sostenible a que todos nuestros hijos tienen derecho.

Es un hecho que el país necesita más energía, y no sacamos nada con abundar en lindos paisajes en el sur, si el país después tendrá que vivir de rodillas mendigando que nos provean de gas, diesel, u otro combustible, o que nos vendan electricidad cara, producida con daño ambiental y serios riesgos en otros países vecinos.

Es necesario destacar como bueno todo lo que promueva la producción y uso de fuentes alternativas y amigables de energía, como las eólicas, solares, corrientes marinas, y otras. Fomentar que los particulares, aún los medianos puedan producirla y que le compren lo que producen con una tarifa justa.

Tratándose del destino de mi país, no me cierro a nada, ojalá sea lo menos malo para la salud y el ambiente, lo más sostenible, pero siempre con autonomía y dignidad.

Si es necesario recurrir a centrales de pasada, y hasta nucleares, pues habrá que hacerlo.

Atte, Higinio Morales.