jueves, 25 de septiembre de 2008

“El AGUA NUESTRA DE CADA DÍA DÁNOSNOS HOY”

No tiene tanto la culpa el Chancho (los poderosos) sino el que le da el afrecho (los ineptos, indolentes y posiblemente corruptos).




Como hija de esta noble tierra de Copiapó, hago votos, por que haya protestas como las que se hacen en la Argentina, para expresar nuestro profundo malestar contra los poderosos que nos están quitando el agua, y contra todos esos ineptos, encargados de velar por nuestra tierra y nuestra agua, y que con su actuar están afectando la subsistencia misma en el tiempo de nuestra ciudad y nuestro pueblo de Atacama, permitiendo y facilitando que el poder y el desmesurado ánimo de lucro de unos pocos, nos esté dejando sin el agua nuestra de cada día, vital elemento que es un don sagrado que nos ha entregado el Altísimo.

Contra esos que debiendo impedirlo, han permitido y facilitado que se haya secado el Río Copiapó, a los que están dejando que algunos predilectos dejen seco nuestro sagrado valle, que una vez motivó que le llamaran San Francisco de la SELVA.
Contra esos que son cómplices de los que sacan agua del valle y la tiran contaminada a muchos kilómetros de distancia fuera de la cuenca y acuífero del Valle de Copiapó.
Contra los que debiendo defender los intereses de la población, no promueven con la debida fortaleza que se exija que esos poderosos, se junten y ocupen agua de mar desalada en sus faenas contaminantes, ya que ellos pueden hacerlo, pues por estos años están ganando miles de millones de dólares, esos de quienes por su actitud no queda más que sospechar posible corrupción.

Contra esos que tras oírse las críticas de la gente, hasta han llegado al extremo de conseguir que se dictara en el centro del país, una resolución el 31 de diciembre de 2007, en la que facultan, en forma ilegítima – pues el espíritu de la ley dice lo contrario – para que se pueda autorizar y ratificar ese cruel despojo, autorizando y dando luz verde al cambio de fuente de abastecimiento entre acuíferos distintos. Resolución que en su art. 43 ha introducido las palabras nunca antes aceptadas “o entre acuíferos distintos”.

Aunque algunos no lo ven, o no lo quieren ver, a los que somos de esta tierra nos resulta evidente que este valle de Copiapó se está secando a pasos agigantados, y no hay que ser adivino para darse cuenta que en pocos años más no solo no quedarán norias, ni pozos de pequeños agricultores con agua, ni agricultura, sino que ni siquiera habrá agua para el consumo humano (derecho humano).

A nadie convence, salvo a los que padecen el flagelo de la ignorancia, el vendaval de costosos avisos de propaganda con que los despojadores y sus cómplices nos bombardean día a día, por la radio, prensa escrita y TV, diciendo que se trataría de faenas amigables, y que poco menos que nos están haciendo un favor con explotar nuestros recursos naturales no renovables y de paso dejarnos sin agua.

Indignación causa oír a esa manga de mercenarios y empleados de segunda o tercera categoría que repiten frases clichés y oraciones aprendidas de memoria, y de las cuales no alcanzan a comprender siquiera su significado.

El inmenso poder del dinero que ganan hoy por hoy, les permite desplegar a esa batería de propagandistas a sueldo, para tratar de convencernos de esas supuestas bondades que no son tales.

Chilenos y población de Atacama, escuchemos a los Obispos, y especialmente a nuestro Obispo de Copiapó don Gaspar Quintana, quien recientemente en un caso de la Provincia del Huasco, en diario El Mercurio, 24 de agosto de 2008, Cuerpo C, página 8, hizo referencia hasta….que hubo por ahí platas que se repartieron” (textual). Dios nos salve de esos que por estos tiempos asolan nuestro sagrado suelo.

En toda reunión en Atacama, en muchas conversaciones en las casas, en las calles, incluso el cuidador de autos, muestran honda preocupación por el tema, y con desazón se formulan la pregunta hoy en boga....

”¿Porqué los encargados no prohíben a los poderosos que saquen y se lleven el agua de la cuenca o acuífero de nuestro querido y venerado valle, al que todos vemos con espanto que están secando, por qué no exigen a los poderosos que ocupen agua de mar desalada?”, aunque se permita descontar tal inversión de los tributos, cosa que tanto les agrada.

Si todos se formulan esa pregunta, incluso hasta el más humilde ciudadano, no se divisa porqué los encargados no hacen nada en concreto en esa dirección. Entonces a la gente no le queda otra cosa más que sospechar de una posible corrupción. Si no es así, entonces demuestren lo contrario con decisiones valientes e inteligentes, para que se respete nuestra tierra y nuestra agua.

¿Dónde están las movilizaciones de nuestros estudiantes otrora ejemplo de lucha y combate, y nuestros trabajadores? ¿Es que acaso no se dan cuenta que están quedando sin agua?

Una Copiapina - Atacameña.





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